DISTRIBUCION LOCAL DE MERCANCÍAS PERECEDERAS (archivado)
- Categoría: Ascatravi
- Publicado el Miércoles, 03 Junio 2015 13:10
- Escrito por Super User
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DISTRIBUCIÓN LOCAL DE MERCANCIAS PERECEDERAS
¿CÚAL ES EL VEHÍCULO ADECUADO?
Llegan las primeras temperaturas por encima de los 25ºC y empieza a ser cada vez más difícil mantener la cadena de frío en la distribución local de alimentos perecederos. Es posible que cuando lleguemos a los 40ºC en el exterior y la mercancía haya visto como se abren las puertas del vehículo más de 30 veces en el día, tengamos que plantearnos si ésta llega en las condiciones adecuadas.
Algo está claro, los productos perecederos nunca pueden superar las temperaturas que marca la normativa antes de llegar al consumidor.
La Reglamentación Técnica Sanitaria de transporte de alimentos a temperatura regulada, y el Acuerdo sobre Transportes Internacionales de Mercancías Perecederas y vehículos especiales utilizados en estos transportes (A.T.P.), definen 3 tipos básicos de vehículos con lo que poder distribuir los alimentos:
- Isotermos: disponen de paredes aisladas para mantener la temperatura interior.
- Frigoríficos: disponen de paredes aisladas y de un dispositivo de producción de frío.
- Refrigerantes: No disponen de dispositivo de producción de frío; en su lugar presentan una fuente de frío como por ejemplo, hielo, placas eutécticas o gases licuados. Sus paredes también son aislantes.
La diferencia fundamental entre frigoríficos y refrigerantes está en la forma con la que se generan las frigorías parar bajar la temperatura del compartimento de transporte. En los vehículos frigoríficos se puede decir que el frío es producido de manera inagotable (ya sea con un equipo autónomo o integrado), por el contrario en los vehículos refrigerantes el capacidad de enfriamiento se agota con el paso del tiempo.
El transportista puede tener la duda sobre que vehículo necesitar, pero los fabricantes de este tipo de vehículos han detectado que últimamente se hace muy generalizado el uso de isotermos algo que no es siempre correcto. Para tomar bien esta decisión es importante que se cumplan dos cosas.
La primera es que la duración del transporte sea limitado o que la temperatura ambiente próxima a la exigida para los alimentos en cuestión.
La segunda y muy importante es que siempre, en el momento de la descarga, la temperatura de los productos debe estar dentro de la exigida en la legislación aplicable.
Este último requisito hace prácticamente insostenible la utilización de los vehículos sólo isotermos en verano y en determinadas localizaciones geográficas, salvo que a dicho vehículo se le añada una fuente de frío adicional, por ejemplo hielo en productos de la pesca, o PCM (materiales de cambio de fase, esto es, los típicos bloques de plástico autorizados para alimentación conteniendo líquido refrigerante).
Se puede decir que influyen demasiados factores para dar una respuesta concreta.
Por otro lado, si nos decantamos por un vehículo frigorífico, será necesario calcular bien el tipo de equipo a instalar. Si bien se conocen las fórmulas de la física que nos permiten saber qué cantidad de frigorías debe tener; se desconoce el resto de variables que entran en juego en el balance energético como puede ser la masa inicial que se carga, la temperatura de carga del alimento, la masa de entrega media del producto por punto, números de puntos de entrega, tiempo que el equipo va a estar desconectado durante las entregas, superficie de intercambio del alimento, etc.
En definitiva, el balance energético en el transporte de mercancía perecedera a temperatura controlada es muy sencillo: hay que aportar más frío que el calor que se gana debido a las elevadas temperaturas ambientales en verano.
Es importante controlar la temperatura de los productos y en el caso de que su vehículo no responda a las necesidades, no dude en consultar con los especialistas.
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